Estabilidad del papel

Podemos definir a la estabilidad dimensional del papel como la capacidad que posee el papel para mantener sus dimensiones frente a cambios en la humedad ambiental. Esta propiedad está influenciada por la orientación de las fibras de celulosa que componen el papel, las cuales tienden a alinearse en la dirección de la máquina de fabricación.

Cuando la humedad aumenta, las fibras se hinchan, provocando un mayor cambio en el ancho que en la longitud del papel, debido a la estructura de las cadenas de celulosa. Esto resulta en variaciones dimensionales más notables en la dirección transversal en comparación con la dirección de la máquina. Es decir, en el caso que partiésemos de una hoja de papel perfectamente “cuadrada” un aumento en la humedad de la atmósfera que rodea esa hoja provocaría que la hoja pasase a tener una “forma rectangular”. La cantidad de refinado de las fibras también afecta a la estabilidad del papel.

Además, la distribución desigual de fibras, elementos finos y cargas a lo largo del espesor del papel contribuye a la complejidad del fenómeno. La cara tela del papel contiene fibras más largas y orientadas, mientras que la cara fieltro contiene una mayor concentración de cargas y elementos finos. Un aumento en la humedad provoca una expansión más pronunciada en las áreas con mayor contenido de fibras, lo que da como resultado el "abarquillado del papel," donde la hoja se deforma y pierde su planitud.

Conclusión:
La estabilidad dimensional del papel es un proceso complejo que involucra múltiples factores, incluyendo la humedad, la orientación de las fibras y la distribución variable de fibras en las diferentes capas del espesor. Esto es fundamental para comprender su comportamiento en un montaje de óptima calidad.